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La
elaboración de los platos de carne que se consumen últimamente son cada
vez más sencillos; la sartén y la plancha se imponen porque no podemos o no
queremos dedicar tiempo a cocinar. Las carnes picadas en diversas formas y las
precocinadas triunfan cada vez más porque además de cocinarse rápido se
comen sin esfuerzo.
Aunque
habría mucho que hablar, no vamos a entrar en el tema de la calidad, la
trazabilidad y el manejo de los cortes empleados. Eso lo dejo para los que
entienden del tema.
Con
la falta de planificación y la manía por la celeridad en la cocina
y en la mesa para huir volando a hacer cosas inútiles,
estamos perdiendo recetas y guisos que, si bien algunos de los
cuales requieren tiempo en su preparación, no por ello precisan de excesiva
dedicación ni complejo menaje ni técnicas sofisticadas.
Una
receta de carne tan rica o más que la carne guisada, estofado de carne o
carne gobernada u otras calificaciones regionales es el fricandó de
ternera.
Los
catalanes, tradicionalmente paradigmas del buen sentido y la economía y
últimamente de la extravagancia y del despilfarro, aportan este plato de
primera con una carne de segunda bien cortada y otros ingredientes igualmente
humildes.
El
tiempo de preparación se reduce a la mitad debido al corte fino y el espesor de
la salsa que aporta la harina del inicial paso por la sartén le hacen un plato
excelente para comer calentado.
Los
ingredientes: carne de ternera fileteada, aceite, harina, cebolla, setas,
vino y especies al gusto.
No
hay más que decir sino probarlo.