Si hablas de índices y de afectados diremos
que es una epidemia menos dañina comparada con otras de las que se tiene
memoria, pero simempre habrá personas que dirán: yo perdí a una persona muy
querida o a fulano se lo llevó y dejó mucho sin hacer en este mundo.
Si hablas de los fastidios que nos está
suponiendo cada día, se puede decir que todos hemos pasado o pasaremos cosas
peores, que no soportamos hambre ni frío y que pronto seremos libres para
viajar y disfrutar. Pero alguien vendrá a inquietarnos al recordar que se ha
quedado sin trabajo o sin empresa y que dentro de dos meses no podrá pagar sus
facturas y que no le hables de viajes o vacaciones porque su sola mención le
ofende.
Diré entonces que la vida sigue igual.
En la trinchera de la vida, esto es una
zanja aunque algunos no quieren enterarse, la lucha y las penurias siempre han
estado ahí, auunque los momentos de tregua nos lo hagan olvidar temporalmente.
En
esta guerra intermitente, como en todas, hay que mantenerse siempre alerta, las
imprudencias se pagan muy caras, los más serenos y los más inteligentes tiene cierta ventaja y
cuando arrecia el fuego, las defensas de derrumban y los que mandan se muestran
imcompetentes y vacilantes: ¡sálvese
quien pueda!.
Como esto sigue siendo un blog de cocina
dedicaré este mes a mi plato favorito de estos días: un hervido caldoso de
verduras.
Con verduras congeladas para menestra, otro tanto de patatas en trozos grandes y
unos dientes de ajo también cortados en trozos grandes se rehoga todo con un
buen aceite de oliva y se añade agua para que hierva y tengamos un plato
caldoso, ligero, sano y sabroso.
Se
puede mejorar si es de tu gusto con un poco de pimentón o pimienta.
En estos tiempos de consumir pocas calorías
y mucha paciencia es un plato muy agradecido
y, para el que llega a casa de cumplir
con su obligación, un buen recibimiento en el hogar.
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