Verdaderamente no hay ni una propuesta, ninguna idea, ningún debate, ningún proyecto, solo una vaga recomendación. Nueva fórmula de los gobiernos modernos de la política ambigua (entre hostil y amatoria a la manera de los burladores) más prestos a la proscripción de los desafectos y a la bullanga que a la gestión y al servicio público.
Sin duda se pueden decir muchas cosas y se puede mejorar mucho la forma de consumo de tan necesario componente de la dieta humana peo nadie lo dice y la cuestión se consume entre máximas y gracejos.
La vuelta al empleo tradicional de la carne es muy necesario considerarla. No solo evitaría el consumo excesivo de la misma y su desmedida producción, con los efectos negativos que ésta tiene, sino que además mejoraría y equilibraría la dieta, reduciría el procesado industrial de los productos cárnicos y daría un mayor valor añadido y más variedad a los productos de la carnicería.
Las costumbre tradicionales de consumir los cortes de carne de menor precio con legumbres o en guisos y estofados, para muchas personas, han desaparecido del repertorio sustituidas por carnes procesadas producto de trabajos industriales de deshuesado mecanizado y transformado en grandes cantidades.
Huesos y despojos que antaño se aprovechaban en la alimentación humana actualmente van a acabar en pienso de mascotas que comen cada vez más parecido a sus dueños.
Para reducir la dependencia de la carne presento un arroz que incluso los remisos a las verduras aceptarán primero y reclamarán después. Esa es mi experiencia.
Una verdura muy abundante en esa época y fácil de conseguir son las acelgas. Rehogadas en trozos, con ajo en un bien aceite se hace un arroz sabroso y con un marcado carácter.
Fácil, sano y sabroso.
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