Corriendo el tiempo, observo alarmado que la cocina es
cada vez más un negocio y un espectáculo. No obstante, cocinar es una necesidad
básica sin la cual se puede vivir pero en unas condiciones de dependencia de
otras personas que, en la mayoría de las veces, ni vemos ni conocemos.
Comer fuera de casa, y en parte también en casa, es un
acto de fe, comer habitualmente de mano ajena es ya fanatismo y no preocuparse
por sistema por lo que llevas a la boca
es sacrificio humano en una lenta
inmolación.
Con este blog no pretendo crear una colección más de
recetas, solo quiero verter en él unas cuantas ideas que yo he aprendido,
creado o pensado a lo largo de mis años de aciertos y fracasos en la cocina y que me gustaría que al
menos mis hijos conociesen y recordasen para emularme, criticarme o superarme.
Conociendo las tendencias
actuales sobre el uso y la pérdida del tiempo vamos a tratar de hacerlo sucinto
y curioso, espero que sabroso. A ver si lo conseguimos.
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