viernes, 23 de octubre de 2015

¿Buena pinta... no?


Pues el arroz estaba incomible y la berenjena excesivamente salada.
Cuando estás cociendo el arroz, es importante que no venga nadie a darte conversación o interrumpirte, pues puede ocurrir  que ya  no sabes si has echado la sal o no. Dudas, crees que no… y repites.
Fue una faena… después de ponerse en marcha  las papilas gustativas a las nueve de la noche tras un día duro y ocupado y …, hubo que tirarlo.
Lo de la berenjena fue otra cosa, otro día hablaremos de este meloso manjar.



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