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Por su sencillez, su sabor y su presencia, merece este
guiso un lugar destacado en la cocina mediterránea e incluso en la española. Es
un buen plato de verano por su frescor y es riquísimo caliente o frío. Yo diría
que es una elaboración mixta entre escabechado y al ajillo y, al llevar patatas, por sí solo constituye un plato completo.
Estamos ahora en el momento ideal para disfrutar este manjar al
disponer de patatas y ajos nuevos que darán al plato su máximo esplendor.
El aceite será de oliva y el vinagre, lo mejor que se pueda.
Hay quien lo adereza con un poco de romero a la hora de
hervir la salsa y un poco de pimienta no viene mal en la carne antes de
freírla.
Otros consejos: el corte de las patatas será mediano y no
las freirás con demasiado calor, menos calor todavía para freír el conejo (el
puñetero salta como cuando estaba vivo).
Si sobra alguna tajadilla, el cocinero tiene preferencia
el día siguiente.
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