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Dentro de la cocina asturiana, la sopa de marisco al
estilo de Gijón, para mi gusto, ocupa un lugar superior y solo retrocede ante
la fabada cuando esta viene con los mejores ingredientes, cosa que no
ocurre a menudo. No obstante, la versatilidad de esta deliciosa sopa es una
cualidad que no posee el ilustrísimo cocido.
Para conocer las virtudes de este caldo lo mejor es
probarlo. En contra de lo que pueda parecer, no tiene ninguna dificultad en su
elaboración. Su preparación consiste en seguir unos cuantos pasos en los que la
planificación y el orden son fundamentales.
No requiere toques magistrales ni nada parecido.
Los ingredientes esenciales los vas a encontrar en
la pescadería y en la frutería en cualquier época del año y, sin duda, en estas
fechas y el resultado no te defraudará. Es ideal para empezar la cena de
Nochebuena y los de mayor desgana quedarán cumplidos con ella.
Si sobra algo, al día siguiente tendrás un motivo más para
llegar a casa y pillar un buen plato de sopa que te sabrá
aún mejor que el día anterior.
El efecto reconfortante de este plato está por estudiar; experimentarlo está al alcance de cualquiera.
La receta… encontrarás varias por internet. Lee unas
cuantas y elabora la tuya propia.