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La necesidad de cocinar rápido es un falso tópico de
ahora. Y si no, que se lo pregunten a nuestras abuelas,que teniendo tanto o más
que hacer, carecían de los medios de
ahora y desconocían el concepto de ocio. Lo más parecido a esta palabra, tan
sacralizada hoy en día, era contar lentejas o remendar calcetines. El saber que
la tarea nunca se acabaría les daba mucha tranquilidad, el estrés cotidiano
todavía no se había inventado.
-¡Qué cosas dice este tío!, -dirán los jóvenes.
-¡Qué saben ellos! -digo yo.
Las sopas de ajo, según tradición familiar, son un plato
caldoso para calentarse que se prepara en un momento y sus ingredientes deben
estar siempre a mano en cualquier cocina de medio pelo: agua, ajo, aceite, sal
gorda, pimentón y un mendrugo que encontrarás en el cesto, bolsa, cajón o
alacena donde el pan espera su cumplimiento.
Si no topas en tu cocina un trozo de pan duro, el arreglo
de tu casa merece un repaso. Dice mi padre que la mejor forma de criar un burro
sano y fuerte es que, antes de servir a la bestia su ración diaria de pienso,
con un puñado de lo que dejó del día anterior en el pesebre darle unas friegas
por el lomo. Valga el ejemplo considerando que nosotros no comemos pienso.
En conclusión, si no encuentras en tu casa lo necesario
para salir del apuro con unas sopas de ajo el seguimiento de este blog te está
encarecidamente recomendado.
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