miércoles, 23 de marzo de 2016

Pescado a la gallega

Que todos tenemos defectos es una evidencia que casi nadie niega aunque haya  quien afirma haber conocido a personas íntegras. Yo no voy a discutir lo comúnmente aceptado  y hasta admito que se puedan encontrar casos de personas intachables entre los que la vida no ha sometido a pruebas insuperables.
Si hablamos de colectividades o gentilicios entramos ya en los tópicos y sus excepciones  pero yo me atrevo  a decir que los gallegos ostentan las  virtudes de la humildad y la sencillez. Bueno, al menos yo las considero méritos aunque otros puedan considerarlas sumisión y simpleza; en quienes piensan así  no te molestes en buscar honestidad ni talento.
La humildad y la sencillez son dos cualidades que se expresan en la forma de cocinar el pescado “a la gallega”; las cuales, por sí solas,  no suponen  mérito pero cuando lo pruebas comprendes que si un plato es excelente las anteriores cualidades le convierten además en extraordinario.
Cualquier pescado blanco a la gallega tiene mérito para estar en la carta de un buen restaurante pero lo puedes elaborar tú mismo cualquier día para una cena rápida, grata  y sabrosa. El único requisito es la calidad de los productos a emplear.
La receta es sencilla y fácil de encontrar, solo destacar dos cosas: si el pescado es congelado hacer una descongelación correcta (lenta y si puede ser dentro del frigorífico) y que no hierva más de ocho o diez minutos.

Reitero que la calidad de los productos es importante y no lo vayas a arruinar con un pimentón caducado.

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