miércoles, 25 de mayo de 2016

Sopa de tomate

Hay ocasiones en las que al más humilde de los cocineros se le presenta el  mismo reto que al cocinero de Napoleón el día  14 de junio de 1800 en el Piamonte. Muchos méritos tendría el sollastre para guisar para el futuro emperador, pero a veces, sorpresas te da la vida, cualquier nimiedad te hace pasar a la Historia o pierdes todo tu crédito por liarla a la nonagésimanovena.
Recientemente, a mi Primer Cónsul le apeteció una sopa; cuando mi Primer Cónsul quiere sopa, quiere sopa, no sopas.
Recién llegados de viaje, hora de comer, las tiendas cerradas … Repaso las existencias y ¿ qué hallo?: Un bote de tomate triturado, una zanahoria, una cebolla y un diente de ajo.
Instantáneamente  vi  llegado el momento de perpetrar una sopa de tomate: sofreí  las verduras, más adelante añadí el tomate y agua, herví,  condimenté, triturar y listo… Un éxito.
En cuanto a las especies, muy recomendable la pimienta negra;  con el tomate va muy bien.
Qué hubiera sido del afamado cocinero si le hubiera puesto al restaurado emperador pollo con cangrejos y huevos para cenar quince años y cuatro días después,  en Waterloo. Posiblemente le hubiera mandado fusilar al punto.

Sorpresas te da la vida: Pollo al Marengo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario