viernes, 23 de octubre de 2015

¿Buena pinta... no?


Pues el arroz estaba incomible y la berenjena excesivamente salada.
Cuando estás cociendo el arroz, es importante que no venga nadie a darte conversación o interrumpirte, pues puede ocurrir  que ya  no sabes si has echado la sal o no. Dudas, crees que no… y repites.
Fue una faena… después de ponerse en marcha  las papilas gustativas a las nueve de la noche tras un día duro y ocupado y …, hubo que tirarlo.
Lo de la berenjena fue otra cosa, otro día hablaremos de este meloso manjar.



Presentación

Corriendo el tiempo, observo alarmado que la cocina es cada vez más un negocio y un espectáculo. No obstante, cocinar es una necesidad básica sin la cual se puede vivir pero en unas condiciones de dependencia de otras personas que, en la mayoría de las veces, ni vemos ni conocemos.
Comer fuera de casa, y en parte también en casa, es un acto de fe, comer habitualmente de mano ajena es ya fanatismo y no preocuparse por sistema  por lo que llevas a la boca es  sacrificio humano en una lenta inmolación.
Con este blog no pretendo crear una colección más de recetas, solo quiero verter en él unas cuantas ideas que yo he aprendido, creado o pensado a lo largo de mis años de aciertos y  fracasos en la cocina y que me gustaría que al menos mis hijos conociesen y recordasen para emularme, criticarme o superarme.
Conociendo las tendencias actuales sobre el uso y la pérdida del tiempo vamos a tratar de hacerlo sucinto y curioso, espero que sabroso. A ver si lo conseguimos.