domingo, 23 de diciembre de 2018

Sopas de trucha

Llega la navidad y de nuevo el ambiente nos invita a la introspección y al recuerdo. Conforme vamos acumulando años, éxitos y fracasos, vamos tornando la ilusión en desengaño y la alegría en circunspección y, cuando no en amargura, en graduación variable.
En estas fechas de recapitulación y remenbranzas, las penalidades se agudizan, y quien no las padece, si tienen dos dedos de frente, las teme o se acuerda y se compadece  de aquellos que lo están pasando mal.
Lo recomendado en estos casos, que es de aplicación para casi todo en la vida, es la celebración discreta, recogida y cordial evitando los hábitos que nos hagan perder la sobriedad, y si esta se pusiera en riesgo, la templanza.
Siguiendo esta lógica y en previsión de las incomodidades que nos amenazan para el año próximo, consecuencia  del carácter cíclico del devenir y de nuestro gusto por dejar los asuntos de importancia en manos de inútiles presuntuosos con poca vergüenza os presento una receta de sopa humilde, sabrosa y poco conocida.
La sopa de trucha es una variedad de sopas de ajo que se cocina por la comarca leonesa del río Órbigo. Se prepara hirviendo la trucha y, con su agua,  se elaboran las sopas con el sofrito de ajo y un poco de tocino o jamón y el consabido pimentón. Hay quien añade un poco de cebolla al cocer o en el sofrito. Se pueden presentar más o menos caldosas y la trucha cocida se añade a las sopas en trozos o desmigada sin la espina.
Empieza bien el año nuevo. Luego no digas que no te avisé.