martes, 28 de septiembre de 2021

Fideuá

 La paradoja es un hecho o expresión aparentemente contrarios a la lógica.

Su aparición viene siempre con gracia o sorpresa pero  ensancha y eleva un poco el nivel de los argumentos alejándolos  del alcance de los simples y de los dogmáticos incómodos con el humor, la tolerancia, la crítica y al análisis.

Las tradicionales expresiones de la paja en el ojo ajeno y la biga del propio y dime de lo que presumes y te diré de lo que careces son arquetipos antiguos de lo que hoy en día vemos cuando los que siembran odio denuncian ser víctimas del encono ajeno, cuando los más corruptos acusan a sus víctimas de degradación o cuando los que más afirman defender su patria contribuyen fuertemente a su degeneración y a su ruina.

En la cocina, con la práctica y la experimentación, se llega también a veces a conclusiones paradójicas. Así se puede calificar la que yo extraigo tras probar a cocinar fideua con distintos tipos de pasta.

El resultado de todo lo probado es sorprendente pero concluyente: de todos los grosores el peor fideo para hacer este plato es el que se vende como “fideua”.

Cocinar para saber.

 

lunes, 30 de agosto de 2021

Sartén cerámica

Los detractores de la plancha eléctrica casera suelen enfatizar el golpe de calor que este electrodoméstico es incapaz de proporcionar. Se expresan así como duchos peritos repitiendo  el tópico muchos cocinillas incapaces de hacer un sándwich.

Como en la vida,  no hay nada perfecto en la cocina pero yo no soy partidario de hablar de oídas y solo la práctica y la experiencia nos permitirá conocer los límites de los aparatos  y, lo que es más difícil de admitir, de nosotros mismos.

La sartén cerámica es una pieza interesante en la cocina y puede cubrir algunas de las deficiencias de la plancha eléctrica siempre que no haya que cocinar para demasiadas personas.

La ventaja de esta superficie es su dureza y la capacidad que tiene de soportar temperaturas más altas, lo que permite ese renombrado golpe de calor que algunas veces se necesita y  que la plancha de aluminio no es capaz de dar.

Esta ventaja supone también inconvenientes pues la elevada temperatura que alcanza, si no se maneja con tacto el aparato, puede quemar los jugos o la grasa que se utiliza o que suelta el alimento.

Aquí llegamos al punto donde quiero ver yo a los enterados de que hablaba al principio.

Conseguir la ventaja de esas temperaturas más altas con estas sartenes tiene su ciencia y hay que saber manejar bien el mando de la potencia de calor para conseguir el efecto deseado el tiempo justo y necesario.

Se tendrán aquí en cuenta factores como la superficie y  potencia de la fuente de calor y el tamaño y forma  de la sartén y la proporción entre ambas. Cuanto más grande sea la sartén menos riesgos, pero puede que el calor no llegue bien a las orillas. Con una sartén pequeña el riesgo de sobrecalentarla es máximo.

La dificultad crece en la cocina vitrocerámica por el efecto del calor residual.


viernes, 23 de julio de 2021

Arroz con acelgas

 Se habla mucho últimamente del consumo de carne y analizando más profundamente la cuestión todo lo que se saca en limpio es que se habla mucho últimamente del consumo de carne.

Verdaderamente no hay ni una propuesta, ninguna idea, ningún debate, ningún proyecto, solo una vaga recomendación. Nueva fórmula de los gobiernos modernos de la política ambigua (entre hostil y amatoria a la manera de los burladores) más prestos a la proscripción de los desafectos y a la bullanga que a la gestión y al servicio público.

Sin duda se pueden decir muchas cosas y se puede mejorar mucho la forma de consumo de tan necesario componente de la dieta humana peo nadie lo dice y la cuestión se consume entre máximas y gracejos.

La vuelta al empleo tradicional de la carne es muy necesario considerarla. No solo evitaría el consumo excesivo de la misma y su desmedida producción, con los efectos negativos que ésta tiene, sino que además mejoraría y equilibraría la dieta, reduciría el procesado industrial  de los productos cárnicos y daría un mayor valor añadido  y más variedad a los productos de la carnicería.

Las costumbre tradicionales de consumir los cortes de carne de menor precio con legumbres  o en guisos y estofados, para muchas personas,  han desaparecido del repertorio sustituidas por carnes procesadas producto de trabajos industriales de deshuesado mecanizado y transformado en grandes cantidades.

Huesos y despojos que antaño se aprovechaban en la alimentación humana actualmente van a acabar en pienso de mascotas que comen cada vez más parecido a sus dueños.

Para reducir la dependencia de la carne presento un arroz que incluso los remisos a las verduras aceptarán primero y reclamarán después. Esa es mi experiencia.

Una verdura muy abundante en esa época y fácil de conseguir son las acelgas. Rehogadas en trozos,  con ajo en un bien aceite se hace un arroz sabroso y con un marcado carácter.

Fácil, sano y sabroso.

martes, 29 de junio de 2021

Pimientos secos

 Cuando anteriormente me referí a las especias no hablé de los pimientos secos, olvido imperdonable pero excusa oportuna para hacer una reseña exclusiva como merecen.

Los pimientos choriceros y las ñoras son dos frutos de la tierra que se venden deshidratados como condimento para aliño de diferentes platos de la cocina más tradicional española.

El marmitaco, las patatas con chorizo, el bacalao o cualquier salsa base que contenga pimiento llevan un toque especial de color y sabor si empleamos este condimento.

Siendo un producto tradicional  el reparo que levanta al que lo pretende usar por primera vez es la complejidad de su preparación. Para los que pasan de complicaciones venden en tarros de cristal carne de estos pimientos ya limpia y abundante para añadir sin más trámites. Pero si no te gustan los atajos y buscas lo genuino y  lo tradicional te presento una forma sencilla y rápida de utilizar este condimento.

El pimiento se ha de lavar por haber estado expuesto al aire largo tiempo durante el secado. Luego retirarás el rabo y las pepitas y lo partirás en trozos grandes que introducirás en un poco de agua a la que darás un hervor. Los trozos deben ser relativamente anchos para que una vez hervido lo aplastes con un tenedor o un pisapatatas hasta que se desprenda la piel y puedas retirar la piel en pocos trozos.

La salsa restante se vierte sobre el alimento.

Se puede retirar también la carne del pimiento, una vez hervido,  con la punta de un cuchillo poco a poco, pero es una tare lenta que requiere práctica. 

Las ñoras se emplean, con el mismo procedimiento anterior, para dar un toque levantino a los arroces.

 Adelante. Un paso más. 



sábado, 29 de mayo de 2021

Cuchillos y afilado

 El corte en la cocina es como la palabra para un predicador o un político. No te asegura la calidad del producto pero te permite una buena elaboración y una atractiva presentación.

Un mal corte puede destrozar un buen jamón y uno bueno puede engañar al comensal poco enterado.

Con frecuencia no se presta el  cuidado y atención  que merecen las herramientas de corte en la cocina y la carencia de las mismas o su incorrecto manejo limita las posibilidades y devalúa los resultados.

Aunque en el corte de los alimentos se utilizan otros utensilios además de los cuchillos voy a centrarme en éstos dadas las limitaciones de este blog.

Los rasgos característicos de un cuchillo determinan los usos para los que está indicado. El grosor de la hoja y la longitud de la  espiga  le aportan resistencia a los golpes y a la presión. En función de la largura del filo podremos hacer cortes más extensos con éxito y el tipo de  vaciado junto con la anchura de la hoja y su peso condiciona la facilidad de penetración en el alimento.

Cuatro cuchillos son suficientes para cubrir las necesidades en la cocina: un verdulero para el uso que su propio nombre indica, un cuchillo de carnicero para casi todo tipo de trabajos que requieran resistencia o se precise un buen rendimiento, un jamonero que nos permite cortar embutido con precisión o filetear y una pequeña macheta para, eventualmente, despiezar un ave o un conejo.

Trabajos por encima de estos debemos encomendárselos al carnicero, sinónimo en mi pueblo de cortador.

El cuchillo carnicero puede ser sustituido por el cebollero pero éste es demasiado puntiagudo y peligroso, más apto para profesionales.

Para evitar accidentes una buena tabla de corte y la calma son los principales coligados.

El afilado también tiene su pequeña ciencia y,  con un poco de maña,  no hace falta acudir a un profesional salvo cuando se necesite un vaciado profundo en los cuchillos más grandes.

El paradigma de un buen afilado es el que te permite afeitarte con un cuchillo de  monte a la manera del wéstern. Esta fantasía peliculera no entra dentro de lo imposible si el acero es bueno y das con la piedra y el ángulo adecuado.

El filo de un cuchillo visto en aumento se muestra como una sierra de dientes irregulares que con el uso se van desgastando. Cuando lo afilamos vamos incrementado el vaciado del mismo que es el rebaje de la banda de acero de la que se ha formado la hoja. En función del ángulo con que hacemos los pases de la piedra, que en un cuchillo siempre serán dos simétricos, resulta una forma u otra de vaciado y según el grano de la piedra utilizada, de mayor a menor,  el pulido del corte será menor o mayor y  los dientes de sierra serán mayores o menores.

El grano de la piedra se clasifica con mayor número cuanto más pequeño sea; tanto grano por centímetro cuadrado.

Esto es los que constituye el afilado.

Con el uso, los minúsculos dientes de sierra, además de irse gastando, se van torciendo o desalineando. Esto último se corrige con el asentador y se puede mejorar de vez en cuando el corte sin  pérdida de la masa de la hoja.

Cuando el asentador no mejora el corte es el momento de acudir al afilado.

En cuanto al acero se ha impuesto el inoxidable y en utensilios de cocina queda muy poca oferta de acero carbono,  sacrificándose las ventajas de su ductilidad por la mejor presencia,  rendimiento y la conservación del acero inoxidable.

Solo los amantes del buen corte, los coleccionistas y los tradicionalistas del afeitado a navaja aprecian el acero carbono.

 



martes, 27 de abril de 2021

Abadejo marinado

 Tener una ilusión en la vida siempre es conveniente, esta evidencia se empieza a aceptar con los años, cuando uno comienza a saber el valor de las cosas, lo que cuesta lograrlas y, algo  que generalmente la gente ignora, lo que cuesta mantenerlas y a lo hay que  renunciar para lograr algo.

Quien para contrariarme recuerde el acerado refrán de que de ilusiones vive el tonto los …, solo diré que  no me desmiente sino que me asevera pues tonto sería aquel que ignora el coste y el valor de las cosas. Quedan eximidos felizmente de esta falta los niños, los cándidos y los inocentes.

A la caza de las ilusiones salimos como en busca de una prenda, la mayoría prefieren un pret a portier que les cubra sus necesidades. La afición  a un equipo, residir en la zona de moda o estrenar el último modelo de algo no está mal, pero hay que aspirar a algo más, aquello solo aporta una satisfacción corta y efímera.

Frecuente es el error también de quien tiene aspiraciones imposibles o con un coste excesivo. Sus ilusiones solo le traerán trabajos extenuantes,  frustración y a veces ruina.

El empeño más productivo y la ilusión más gratificante son aquellos que nos dan motivos para seguir esforzarnos cada día en lograrlos. Tonto también es el que pone las esperanzas en otros para que le alcancen su meta y tontos los que apuestan todo a un número de la ruleta; acabarán pronto la partida, no disfrutarán del juego ni, en la inmensa mayoría de los casos, del premio.

Siendo la cocina un campo inmenso donde practicar, probar y aprender mucho, el dedicarnos a ella nos dará, sin duda, satisfacciones. Una de las mayores será crear un plato nuevo por propia iniciativa e inspiración.

Presento un arreglo de abadejo marinado con filetes de este pescado congelado que se pueden comprar a muy buen precio. Marinados con vinagre de vino blanco o manzana unas doce horas, lavados y presentados como los boquerones en vinagre resultan excelentes solos o para acompañar una ensalada.

Como en el sushi, el corte debe ser un trabajo fino, si lo vas a intentar prepara un buen cuchillo afilado para una corte fino y preciso.

Un excelente plato a un coste mínimo.                                                                                           

viernes, 26 de marzo de 2021

Mollejas de ternera

 Un reto culinario me vino a sacar este mes del estancamiento creativo. La generosidad de mi carnicero hizo engordar mi bolsa con el obsequio de unas mollejas de ternera, presunto manjar y estrella de la casquería según certifican las fuentes del internet.

Estos regalos imprevistos, siembre agradecidos, fastidian hasta cierto punto, pues nos alteran los convenientes planes,  pero presentan un desafío siempre ventajoso para los que por el acopio de años y el acrecentamiento del hastío tendemos al entumecimiento y a la rigidez.

Quien se atreve a escribir sobre cocina se obliga a dar cabal respuesta a semejante aprieto y su pundonor de cocinilla no le permite pachorra mientras no de cumplida respuesta, al menos teórica,  al lance.

No es rápido ni fácil sacar el manjar de una masa sanguinolenta y blanda de despojo. Quitar membranas y dejarlo a remojo horas para librarlo de la sangre será la primera faena.

Para remedar el asado argentino pensé en la parrilla pero por comodidad elegí la plancha. Es importante que se cocine bien para que pierda la blandura, por lo que recomiendo un corte fino. Para que no quede reseco no anticiparse con la sal. Con ajo y perejil y regado con un poco de limón no quedó mal.

Llámame ordinario, pero yo prefiero las orejas del cerdo.



domingo, 28 de febrero de 2021

Carne al horno

Cocinar al horno es un recurso que no se suele aprovechar al máximo a pesar de que tiene grandes ventajas.
Más allá de la comida precocinada y los postres el horno nos ofrece soluciones, sobre todo para las comidas de convite, de una forma sencilla, económica y con resultados que pueden sorprender.
Solo es necesario contar con un mínimo menaje adecuado y seguir algunas pocas reglas para no cometer los errores más frecuentes.
Un trozo de carne de jamón o de lomo de cerdo fresco, preferentemente el cabecero de éste último, con poco esfuerzo puede ser convertido en un plato excelente y digno de cualquier comensal.
Con una cama de patatas cortadas, setas y coles de Bruselas, especiado al gusto, un buen chorro de aceite de oliva y una hora aproximadamente de calor fuerte por cada lado tienes un excelente manjar.
Un cuchillo grande bien afilado es imprescindible para el corte y un tenedor de trinchar ayuda bastante para hacer un trabajo fino.
Si sobra algo,  al día siguiente,  frío con un buen alioli es un bocado extraordinario en plato o en bocadillo y si prefieres consumirlo caliente procura que la verdura sea variada,  abundante y caldosa para que puedas hacer un puré que a modo de salsa cubra la carne sobrante.
En asuntos costumbristas y de política ya no me meto pues vengo observando que desde que escribo en este blog las cosas van de mal en peor. 
No creo ser cómplice ni causante de este desvarío pues me leen muy pocos y son gente irrelevante, que saben aprovechar su tiempo, pero, por si acaso, me callo. 

jueves, 28 de enero de 2021

Especias

 La cocina, expresión de creatividad como ninguna entre las habituales, es resultado de múltiples factores  o variables que en la distinta  medida que concurren pueden determinar resultados en una amplísima gama.

Las técnicas de cocina, los medios empleados, el tiempo, la calidad del producto y otros agentes concurrentes determinan el resultado final.

La disponibilidad de medios y de productos,  la mejora de los conocimientos y la experiencia acumulada al pie del fogón nos van a hacer más competentes en este oficio y arte de cuidarnos y darnos placer con la comida.

Quien quiera progresar en la cocina debe conocer y emplear una cierta variedad de especias o condimentos,  como mínimo los que son  de uso corriente en su entorno regional. No hay que negarse en rotundo a innovaciones foráneas pero mostrar un excesivo interés por ellas sin conocer las propias bien puede calificarse de esnobismo.

El ajo, el perejil y el pimentón son los básicos entre nosotros y están presentes en el repertorio de platos más tradicional por lo que no requieren mayor redundancia. Tendremos que meternos enseguida con las pimientas: los guisos o salsas fuertes se verán muy mejoradas con la pimienta negra y la blanca la reservaremos para las carnes blancas y las pastas más suaves. Se ofrecen también combinadas con verde y roja en grano.

¿Dónde va una chuleta de cerdo sin su orégano, un bechamel sin su nuez moscada, unos champiñones sin su poquito de cayena o unas lentejas sin su hoja de laurel? . ¿Qué sería de la morcilla de Burgos sin su comino? El mismo que te puede arreglar unos restos de carnes para hacer unas fajitas o unos tacos.

La salsa de tomate gana mucho valor con la albahaca y un poquito de cilantro le da un punto de frescor. El azafrán, sobrevalorado por aquello de las leyes del mercado, también se puede probar alguna vez.

Salvo con los picantes, no hay miedo a pasarse.

Para qué insistir más ... A probarlo.