viernes, 26 de marzo de 2021

Mollejas de ternera

 Un reto culinario me vino a sacar este mes del estancamiento creativo. La generosidad de mi carnicero hizo engordar mi bolsa con el obsequio de unas mollejas de ternera, presunto manjar y estrella de la casquería según certifican las fuentes del internet.

Estos regalos imprevistos, siembre agradecidos, fastidian hasta cierto punto, pues nos alteran los convenientes planes,  pero presentan un desafío siempre ventajoso para los que por el acopio de años y el acrecentamiento del hastío tendemos al entumecimiento y a la rigidez.

Quien se atreve a escribir sobre cocina se obliga a dar cabal respuesta a semejante aprieto y su pundonor de cocinilla no le permite pachorra mientras no de cumplida respuesta, al menos teórica,  al lance.

No es rápido ni fácil sacar el manjar de una masa sanguinolenta y blanda de despojo. Quitar membranas y dejarlo a remojo horas para librarlo de la sangre será la primera faena.

Para remedar el asado argentino pensé en la parrilla pero por comodidad elegí la plancha. Es importante que se cocine bien para que pierda la blandura, por lo que recomiendo un corte fino. Para que no quede reseco no anticiparse con la sal. Con ajo y perejil y regado con un poco de limón no quedó mal.

Llámame ordinario, pero yo prefiero las orejas del cerdo.