martes, 30 de enero de 2018

Patatas a la riojana

Las patatas con chorizo o patatas a la riojana, es un plato de los básicos en cualquier recetario y a pesar de su aparente sencillez, tiene unos cuantos detalles que se deben tener en cuenta para conseguir un guiso digno del comensal más exigente.
No voy a escribir una receta porque ya hay muchas en la red. Lo que haré  es dar unos consejos para evitar errores  y para conseguir un buen plato caldoso con un sabor excelente que es donde reside, para mí, la gracia de este estofado, más allá de la redundante apelación a la calidad de los ingredientes. La calidad de los  productos  depende del tendero, el cocinero debe evitar  marrotarlos y tiene que sacarles el máximo sabor y aprovechamiento.
El primer consejo es no rehogar el chorizo. Te cargarás el plato si lo haces. El embutido irá lo último y solamente cocerá, y no demasiado, para que no suelte toda la grasa.
No hagas plato único. Si pones demasiado chorizo saldrá una comida muy grasa e indigesta. La ciencia es que el caldo y la patata estén sabrosos.
Utiliza un chorizo tierno y si está  seco, corta rodajas más finas.
Antes de cocer,  rehoga las patatas y después vas añadiendo el ajo, la cebolla, y el pimiento; si lo pones todo junto se quemará la cebolla antes de que se ponga la patata en condiciones.
A pesar de  las verduras y del sabor del chorizo,  hay que aderezar el guiso. Lo más fácil es el pimentón, pero si tienes tiempo y quieres sacar el máximo al plato, utiliza pimiento choricero deshidratado. En caso de emergencia se admite un poco de colorante alimenticio; hace el plato más bonito y cubre ese vacío de un caldo soso.
Un poco de perejil y cocer a fuego lento. Si las patatas no engordan el caldo, aplastas algún trozo y  mejorarás la presentación.
Un buen vino tinto joven y ¡buen provecho!