En
este blog de cocina centrado en la alimentación sana, fácil y tradicional
estaba tardando ya en salir la ensalada campera.
Plato
frío de gran arraigo; presente desde en la tasca madrileña del barrio más popular, hasta en el almuerzo a la
sombra de una encina del más humilde labrador, pasando por la comida campestre
del más consuetudinario dominguero o por el tuper de la dependiente o
secretaria más fiel devota receptora de radiación solar en parques y playas
urbanas al mediodía.
¿Por
qué se llama campera?
No
lo sé; supongo que será porque se podía preparar fácilmente en el campo, pues sus componentes se trasportan bien en su
envase natural: patatas hervidas sin pelar, tomates, huevos duros,
aceituna negra o verde, lata de bonito, pimiento, cebolla o cebolleta, pepino …
Téngase en cuenta que antiguamente no se disponía de los envases plásticos que
hoy en día ya casi nos invaden.
Un
buen aceite y un buen vinagre.
¿Qué más se puede decir de este plato?
Si
no lo conoces ya estás tardando y ahora vendrán ocasiones propicias.