Para este tiempo estival, la mejor forma de disfrutarlo, para mí, es el escabechado. Solo o en ensalada es un verdadero manjar sabroso, digestivo y refrescante.
Para elaborar una ensalada con conejo escabechado, descartaremos las partes menos magras y las vísceras del animal (las cuales podemos dejar para un arroz u otros guisos).
Preferentemente escogeremos los cuartos traseros, lomos, faldas y paletillas. Los trocearemos y los freiremos a fuego lento tras rebozarlos en harina. Un aceite suave realzará más el sabor de la carne.
Se reserva la carne y en el aceite se sofríen unos cascos de cebolla y/o ajo y unos trozos de zanahoria para luego añadir un abundante chorro de vinagre, y, si no lo quieres muy ácido, puedes añadir un poco de vino blanco y dejarlo que hierva con una hoja de laurel y un poco de pimienta negra. Luego, se añade el conejo frito y se deja cociendo a fuego lento un rato.
Una vez frío, lo desmenuzas, y junto con la salsa lo añades a una ensalada con verduras, pasta, patata hervida o como te apetezca.
Y, si tienes prisa, ¿para qué lo vas a desmenuzar?
Reconocerás su mérito.