miércoles, 21 de septiembre de 2016

Raxo

En la búsqueda incansable de platos sencillos, sanos y sabrosos fuimos a dar este verano en Ferrol con el rajo (raxo) y fue un feliz encuentro.
Yo desconocía este guiso, lo cual solo demuestra mi escaso conocimiento de  la cocina gallega y humildemente  ante mis lectores prometo aplicarme en esta materia.
Para los que vamos perdiendo afición por la carne y gustamos de nuevas presentaciones y aliños a la vez que rehuimos  los trámites laboriosos, este plato llega muy oportuno.
Los ingredientes  se encuentran fácilmente:  carne magra de cerdo que se cortará en tacos y se dejará macerar con especias al gusto. El ajo es imprescindible y el orégano, el perejil o el pimentón no van mal. Al cocinarlo se puede añadir un poco de pimiento o cebolla en trozos pequeños.
La ciencia: con aceite se va rehogando a un fuego medio para que la carne vaya soltando su jugo y se remate en él. Se puede ayudar con un poco de vino blanco. Lo importante es que no se pase y  no quede muy seco.
Se suele presentar con patatas fritas o con pimientos de padrón y si van los tres, mejor.
No me digáis que es difícil.


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